Aunque existe una amplia variedad de salvapantallas originales, algunos de ellos incluidos en cualquier versión del sistema operativo Windows, puede que te apetezca personalizar uno. Y es que diseñar este tipo de interrupciones no sólo aporta un mayor tiempo de vida útil a tu monitor, sino que también da un toque un poco más personal a tu entorno multimedia. Además, Microsoft ha tenido en cuenta esta posibilidad dentro de sus configuraciones de usuario.
Para editar tu propio protector de pantalla, haz clic en el botón Inicio de Windows y, dentro de su menú emergente, selecciona Panel de Control. A continuación, aparece una pantalla que te invita a elegir una de sus categorías. Escoge la situada en primer lugar, Apariencias y Temas. En la siguiente ventana, pulsa con el cursor sobre el enlace de la tarea Elegir un protector de pantalla y marca la pestaña Propiedades de pantalla.
Una vez dentro de este apartado, observa que existe otra pestaña desplegable con todos los modelos que puedes escoger. Selecciona con el cursor el botón de la flecha que apunta hacia abajo y marca la línea Presentación de mis imágenes dentro del listado que aparece.
Automáticamente, el sistema te remite a la carpeta de Mis Imágenes y a los archivos gráficos que allí tengas almacenados. De esta forma, cuantos más ficheros de este tipo incluyas, más variada resultará la exposición de tu protector. Por otro lado, si ésta es la primera vez que llegas hasta este punto y no dispones de ninguna fotografía en la carpeta de Mis Imágenes, el mensaje “No se encontraron imágenes en C ocuments and SettingsMis DocumentosMis Imágenes” te informa sobre la imposibilidad de utilizar esta opción.
Finalmente, de la misma forma que se configura cualquier otro protector, es posible ajustar en el tuyo la frecuencia de cambio de las imágenes, su tamaño y los efectos de tránsito, así como definir el tiempo de espera antes de que se active este recurso o la petición de una contraseña previamente registrada.
Para editar tu propio protector de pantalla, haz clic en el botón Inicio de Windows y, dentro de su menú emergente, selecciona Panel de Control. A continuación, aparece una pantalla que te invita a elegir una de sus categorías. Escoge la situada en primer lugar, Apariencias y Temas. En la siguiente ventana, pulsa con el cursor sobre el enlace de la tarea Elegir un protector de pantalla y marca la pestaña Propiedades de pantalla.
Una vez dentro de este apartado, observa que existe otra pestaña desplegable con todos los modelos que puedes escoger. Selecciona con el cursor el botón de la flecha que apunta hacia abajo y marca la línea Presentación de mis imágenes dentro del listado que aparece.
Automáticamente, el sistema te remite a la carpeta de Mis Imágenes y a los archivos gráficos que allí tengas almacenados. De esta forma, cuantos más ficheros de este tipo incluyas, más variada resultará la exposición de tu protector. Por otro lado, si ésta es la primera vez que llegas hasta este punto y no dispones de ninguna fotografía en la carpeta de Mis Imágenes, el mensaje “No se encontraron imágenes en C ocuments and SettingsMis DocumentosMis Imágenes” te informa sobre la imposibilidad de utilizar esta opción.
Finalmente, de la misma forma que se configura cualquier otro protector, es posible ajustar en el tuyo la frecuencia de cambio de las imágenes, su tamaño y los efectos de tránsito, así como definir el tiempo de espera antes de que se active este recurso o la petición de una contraseña previamente registrada.
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